República Dominicana
Con una narrativa firme, sin rodeos y apelando al sentido de nación, el presidente Luis Abinader se dirigió al pueblo dominicano para presentar una serie de 15 acciones que marcan un giro decisivo en la política migratoria y de seguridad nacional. Las medidas, que abarcan desde el fortalecimiento militar hasta profundas reformas legales, buscan contener los efectos de la severa crisis haitiana sobre territorio dominicano.
“Estamos ocupándonos con incansable perseverancia, y lo haremos hasta el final”, dijo Abinader al iniciar su discurso, en el que reveló que se incrementará el pie de fuerza en la frontera, se ampliará el muro fronterizo y se establecerán nuevas oficinas migratorias en todas las provincias. A esto se suma la contratación de 750 nuevos agentes migratorios, el establecimiento de controles estrictos en hospitales y la sanción a quienes promuevan la permanencia ilegal.
Abinader también abordó el tema económico, vinculando la situación migratoria con la necesidad de promover el empleo local. Para ello, anunció incentivos para la “dominicanización” del empleo en sectores clave como las zonas francas y el turismo, así como el impulso de la mecanización agrícola y la industrialización de la construcción. “Nuestra economía no puede depender de la ilegalidad”, enfatizó.
Frente al desafío internacional, el mandatario fue claro: “La comunidad internacional ha abandonado a Haití. Nosotros no podemos ni debemos asumir solos esa carga”. En esa línea, instó a políticos, empresarios y sociedad civil a revitalizar el Pacto Nacional sobre Haití, como herramienta de acción conjunta y defensa de la institucionalidad.
El mensaje final fue de unidad, fortaleza y confianza en el futuro: “Defenderemos nuestra nación con la ley en la mano y el corazón en la patria”, proclamó.
.jpeg)
.jpeg)