Nacional I RD
Redacción El Sol de la República
La voz de la oposición resonó fuertemente en el Congreso Nacional de la República Dominicana, donde los diputados del principal partido de oposición alzaron sus voces en un coro unísono de críticas y preocupaciones. El gobierno del Partido Revolucionario Moderno (PRM) había tomado una decisión que, según sus detractores, hirió de muerte a los productores nacionales y puso en tela de juicio la autenticidad de sus promesas de apoyo a la agricultura local.
En una rueda de prensa que se celebró con solemnidad en la sede del Congreso, el diputado Rafael Abel Lora, líder de la Comisión Permanente de Agricultura, asumió el papel de portavoz de la frustración y la indignación. Frente a un grupo de medios expectantes, Lora dejó en claro que sembrar maíz en tierras extranjeras era más que una simple estrategia agrícola; era un reflejo de la continuación de políticas que ponían en peligro la generación de empleos y la prosperidad del país.
"Este acuerdo con Guyana no es solo una transacción comercial, es un ataque a la esencia misma de nuestra economía agrícola", afirmó Lora con pasión. Hizo hincapié en que la tierra fértil y los agricultores dedicados de República Dominicana eran más que capaces de producir maíz y otros cultivos de alta calidad. En sus palabras, la firma del acuerdo representaba una falta de confianza en las habilidades y el potencial de la nación.
La retórica de Lora no se detuvo ahí. Arremetió contra el historial del gobierno, recordando programas de producción que habían naufragado y promesas incumplidas. El Programa Siembra RD y el Combo de INESPRE habían sido presentados como soluciones, pero según él, se habían convertido en ejemplos amargos de ineptitud gubernamental. Incluso el Programa Siembra RD, anunciado con gran fanfarria por el presidente Abinader en el Palacio Nacional, había quedado atrapado en un torbellino de mala gestión, incapacidad para asegurar recursos y, finalmente, había caído en la desolación.
Los diputados del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) se sumaron al coro de críticas, subrayando cómo el gobierno actual había batido récords en importaciones de productos básicos. Leche, carne de pollo, cerdo, res, habichuelas; los números eran impactantes y dejaban poco espacio para el optimismo.
El acuerdo con Guyana, en su opinión, solo exacerbaba la situación, una decisión impulsada por la improvisación y la incapacidad, más que por una visión sólida para el futuro. Además, consideran que el acuerdo para sembrar maíz afectaría a la producción nacional.
En la sala de prensa del Congreso resonó con acusaciones y lamentos mientras los líderes de la oposición dejaban claro su descontento. Para ellos, la firma del acuerdo con Guyana no era simplemente una medida agrícola, sino un símbolo de la desconexión entre el gobierno y las necesidades reales de su gente. La voz de la oposición, en este caso, estaba decidida a ser escuchada y a mantener a la luz pública la gestión y decisiones del gobierno en cuestión.