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El presidente de República Dominicana, Luis Abinader, está encaminado a marcar la historia política del país al ser el primer mandatario dominicano del siglo XXI en concluir su período sin implementar nuevos impuestos o aumentar los existentes. A diferencia de sus tres predecesores, quienes realizaron importantes reformas tributarias en el primer año de su gestión, Abinader ha limitado su intervención en el área impositiva a tres proyectos vinculados.
Estos proyectos incluyen una propuesta de amnistía fiscal, otra para fomentar la responsabilidad fiscal y un tercero que ya se ha convertido en ley para establecer la facturación electrónica. Si bien algunos especularon sobre la posibilidad de una reforma fiscal durante su gobierno, se tiene previsto que esta cuestión se postergue hasta un posible segundo mandato, en caso de que decida presentarse para la reelección y tenga éxito en ella.
Los tres anteriores presidentes del siglo realizaron cambios significativos en el sistema impositivo en sus respectivos primeros años de gobierno. Hipólito Mejía, en particular, fue audaz al promulgar en 2000 la Ley 112-00, que gravaba por primera vez el sector de los combustibles, antes intocable.
Leonel Fernández, en su segundo mandato, optó por una reforma fiscal enfocada en los impuestos internos, lo que llevó a una segunda importante incursión en gravar los combustibles con un impuesto del 16 %.
Posteriormente en 2012, el presidente Danilo Medina presentó una ambiciosa reforma tributaria que abarcaba impuestos sobre el ingreso, el consumo y el patrimonio, aunque algunos aspectos de esta reforma aún no se han aplicado.
En contraste con sus predecesores, la gestión de Luis Abinader ha estado enfocada en mejorar la administración tributaria, especialmente en la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), logrando aumentos de recaudación sin introducir nuevos impuestos.
En esta línea, se ha propuesto y aprobado la Ley de Facturación Electrónica, que busca mejorar la recaudación sin agregar nuevas tasas o tributos al sistema. Además, se encuentran en el Congreso propuestas para una amnistía fiscal, que busca regularizar deudas de contribuyentes con la Administración Tributaria, y para una responsabilidad fiscal, destinada a limitar el crecimiento del gasto corriente.
Si bien en algún momento se consideró una posible reforma fiscal durante su gobierno, la perspectiva de que esto ocurra en el último año de su gestión, un año electoral, parece remota.
En ese sentido, Luis Abinader se proyecta como el primer presidente del siglo XXI en culminar su mandato sin crear nuevos impuestos ni aumentar los existentes, enfocándose en mejorar la recaudación mediante medidas administrativas y proyectos vinculados a la fiscalidad, lo que le otorgaría un lugar destacado en la historia política y económica de la República Dominicana.
Fuente: Presidencia