Mientras se difundían en las redes videos sobre el impacto de las lluvias caídas en el DN y el Gran Santo Domingo el viernes en la noche, y al tiempo en que el presidente Luis Abinader convocaba a su gabinete para evaluar y dar rápidas respuestas a posibles daños de inundaciones, el expresidente Leonel Fernández elaboró y envió a los medios una nota declarando que el gobierno estaba improvisando frente a las inundaciones producidas horas antes.
¿Qué puede estar pasando para que el doctor Fernández, quien es famoso por llegar tarde a sus compromisos, actúe ahora con tanta celeridad?
Conforme indican diferentes situaciones, podríamos estar viendo llegado “el otoño” del aún joven “patriarca” de la política vernácula, y quien luego de haber sido presidente de la República de 1996 a 2000, de 2004 a 2008 y de 2008 a 2012.
De pretender quedarse en el poder tras esos tres mandatos casi consecutivos, y de intentar volver en 2016, y en 2020 y correr ya para 2024, pese a obtener menos del 5% de los votos en su último intento, podríamos estar asistiendo al final de su carrera como figura política de primer orden.
De eso podría estar convencido su archirrival Danilo Medina quien, en la historia de Caín y Abel que repiten, tiene vaticinado su deseo de que a Leonel se le cuenten los votos en las elecciones de febrero y mayo de 2024.
Los primeros indicios de la caída del liderazgo político del expresidente podrían ser los resultados de la encuesta RD Elige, de RCC Media del pasado mes de octubre, en la que Fernández figura por debajo de Abel Martínez en intención de voto, y otras mediciones indicando la tendencia de que mientras Leonel baja, Abel sube, en esa guerra entre caníbales que los enfrenta a muerte por la franja de menos del 30% del electorado que apoyaría al tándem PLD-FUPU, sea que acudan juntos o reburujados a la próxima cita electoral.
Un segundo y relevante dato es la conclusión que comparten analistas de que la Fuerza del Pueblo no tiene posibilidad de hacer un papel decoroso en las elecciones municipales de febrero 2024, ya que el PRM y sus aliados, en primer lugar, y el PLD en segundo, le dejan poco espacio para la elección de alcaldes y directores en municipios y distritos municipales.
Danilo, por ser el último en “repartir los sobrecitos” en sus gobiernos 2016-2020, es mayoritariamente depositario de lo que le quedó al desacreditado PLD de estructura clientelar, tras 20 años de dominio político en que junto a Leonel impusieron el criterio de que “si no hay logística”, picapollo, 500 pesos y romo, nadie se mueve.
El último golpe de efecto se lo ha dado Danilo Medina a Leonel al maquinar el retorno al PLD de un grupo de dirigentes que antes fueron fupistas y que como “buen hijo a su casa vuelve”, así vendieron el tráfago, se juramentaron otra vez con los morados.
ft. Nelson a Marte en el Nuevo Diario